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TRABAJOS PRÁCTICOS

UNIDAD 4.

"La población de Argentina"

Textos para resolver las ACTIVIDADES que están debajo:

Tercer Año

LA DEMOGRAFÍA.

El poblamiento del territorio argentino fue un proceso de larga duración, en el que se reconocen diversas etapas. En cada una arribaron inmigrantes de distintos paises. Para conocer las características socio-económicas de la población, su distribución y su composición por sexo y edad, se utilizan los censos nacionales. La población argentina se distribuye de manera heterogénea a lo largo del territorio nacional debido a factores políticos, económicos y ambientales.

 Los habitantes de la Argentina

Todas las personas que habitan el territorio del país integran la población de la República Argentina hayan nacido o no en el territorio argentino. A partir de los censos y otros tipos de encuestas, se conocen sus características socio-económicas, su distribución y su composición por sexo y edad.

La información demográfica

Contar con información estadística acerca de la población permite tomar decisiones y planificar estrategias para el futuro. Esto es útil tanto para el Estado como para empresas y ONGS. En el Estado, la información demográfica sirve para implementar diversas políticas públicas. Por ejemplo, para determinar cuántos hospitales se necesitan construir en los próximos años y cuántos empleados deberán contratarse para brindar servicios públicos (tramitar los documentos de identidad, sanear ríos y arroyos, construir rutas).

Esta información, es útil para identificar grupos vulnerables o que requieren algún tipo de atención particular; por ejemplo, las personas analfabetas o que no cuentan con redes de cloacas en una ciudad o bien que viven en un sector con riesgo sísmico.

En otras circunstancias, el Estado debe conocer la cantidad de población para administrar mejor sus funciones. Por ejemplo, en el Congreso de la Nación, a las provincias les corresponde un diputado cada 161 mil habitantes; de este modo, la cantidad de población determina cuántos representantes habrá por provincia.

Por su parte, las empresas pueden requerir información demográfica para saber qué productos necesita o estaría dispuesta a comprar la población. Por ejemplo, resulta útil conocer la proporción de población con altos ingresos y en qué lugares se concentra para planificar en qué sitios se deberán distribuir más productos. Del  mismo modo, las empresas pueden  buscar instalarse cerca de los centros urbanos más poblados para asegurarse sus ventas.

Las fuentes estadísticas

Las principales fuentes estadísticas son los censos nacionales y las encuestas. El censo de población es el recuento de todas las personas que viven en un país en un momento determinado. En la Argentina, los censos nacionales también registran cuestiones sobre: viviendas, calidad de vida y otros factores socioeconómicos. Se realizan mediante entrevistas a la totalidad de la población, a partir de cuestionarios sobre la edad, sexo, ocupación, nivel de escolaridad, miembros de la familia.

El primer censo en el país se realizó en 1869. Durante el siglo XX, se  hicieron cada vez más específicos y se incorporaron nuevos temas. Para poder comparar la información recabada se estableció un período de diez años entre un censo y otro, plazo suficiente para registrar cambios notorios en la población.

 En Argentina,  el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos se encarga de organizar y ejecutar los censos. Para organizar mejor el operativo, esta institución divide el territorio del país en partes más pequeñas, denominadas unidades geoestadísticas. La mayor unidad es la provincia; esta se divide en departamentos, que, a su vez, se divide en fracciones y radios. Los radios son las unidades de menor tamaño, por lo que muestran información con alto nivel de detalle. En los períodos intercensales (cuando no se llevan a cabo censos), se realizan encuestas que intentan obtener datos más específicos que los censos. La más importante es la encuesta permanente de hogares, que releva diversas características socioeconómicas y sociodemográficas. Esta encuesta se realiza trimestralmente en 31 aglomerados urbanos del país y en algunas áreas rurales.

La dinámica demográfica

La población de un territorio aumenta como consecuencia de dos procesos: el crecimiento natural o vegetativo y el saldo migratorio positivo. Ambos tienen consecuencias en las características sociales de la población.

El crecimiento poblacional

En 2017, la Argentina contaba según estimaciones del INDEC, con 44.044.811 habitantes. En 2001, la población era de poco más de 36 millones mientras que, en 2010, el censo contabilizó 40.117.096. De esta manera, se confirma que la población del país ha tenido un incremento sostenido en las últimas décadas. Sin embargo, no siempre tuvo el mismo ritmo; hubo períodos en que el número de personas creció mucho y otros en que fue menos notoria. Entre 2010 y 2017 el crecimiento fue algo lento, ya que sólo aumentó alrededor de 4 millones de personas en siete años.

La población aumenta por el crecimiento natural o vegetativo y por el saldo migratorio positivo. El primero representa la diferencia entre el número de nacimientos y el de muertes durante un período determinado, mientras que el segundo es el resultado entre la diferencia entre el número de inmigrantes y emigrantes.

En las últimas décadas del siglo XIX y el siglo XX el crecimiento del país se debió fundamentalmente a la inmigración masiva, principalmente europea. En cambio, durante la segunda mitad del siglo XX y el siglo XXI, el aumento poblacional ha sido resultado del crecimiento vegetativo.

 Natalidad y fecundidad

Para medir la natalidad (la cantidad de nacimientos), se utiliza la tasa de natalidad, que representa la cantidad de niños nacidos vivos cada mil habitantes. En un determinado lugar y a lo largo de un año. En 2015, la tasa de natalidad en la Argentina fue de 17,3 por mil habitantes. Esto significa que por cada mil habitantes del país de cualquier edad, nacieron 17,3 niños vivos.

Esta tasa se relaciona con otro indicador demográfico, el índice de fecundidad, que estima la cantidad de hijos que, en promedio, tendría una mujer en su edad reproductiva (entre los 15 y 44 aproximadamente). En 2017 el índice de fecundidad en el país era de 2,3 hijos por mujer. Esto quiere decir que se esperaba que una mujer tuviera entre 2 y 3 hijos.

 Sin embargo, este dato varía mucho entre las jurisdicciones. En general, en las grandes ciudades, el índice de fecundidad es más bajo que en los espacios rurales. Esto se debe a que los niveles educativos suelen ser más altos y a que hay un mayor acceso a los métodos anticonceptivos. En los espacios rurales, por su parte, las familias suelen tener más hijos, que, muchas veces, colaboran con las tareas laborales y domésticas.

La mortalidad y la esperanza de vida al nacer

Para medir la mortalidad (la cantidad de muertes), se utiliza la tasa de mortalidad que representa la cantidad de muertes cada mil habitantes, en un determinado lugar y a lo largo de un año. Una elevada mortalidad se puede deber a factores biológicos (por ejemplo, si hay muchas personas de avanzada edad) y socioeconómicos (mala alimentación, dificultad para acceder a servicios de salud, malas condiciones habitacionales, etc.).  En 2015, la tasa de mortalidad en el país era de 7,6 por mil, esto quiere decir que cada mil habitantes, se mueren 7,6 personas. De todos modos, en este indicador también existen varias variaciones regionales.

La mortalidad se relaciona con la esperanza de vida al nacer, que es la cantidad de años que se espera que viva una persona si se mantiene las condiciones del lugar en donde nace. A medida que surgen nuevos avances científicos y mejora la calidad de vida, los habitantes tienen una esperanza de vida mayor. En 2015, la esperanza de vida en la Argentina era de 76,3 años.

El saldo migratorio

Las migraciones implican el traspaso de un límite territorial administrativo con la intención de cambiar el lugar de residencia. La llegada de inmigrantes no sólo influye en la cantidad de población, sino también en otros índices, el de natalidad. Frecuentemente, los inmigrantes son jóvenes y están en edad reproductiva, por lo que tienen hijos en el país.

La transición demográfica

 Para estudiar el crecimiento de una población, se utiliza el modelo de transición demográfica, un esquema pensado para estudiar los cambios demográficos en las sociedades occidentales a partir del proceso de industrialización. Consta de cuatro etapas:

 -Estado inicial: los índices de natalidad y mortalidad son altos, por lo que la cantidad de población se mantiene estable y el crecimiento poblacional es bajo.

-Primera etapa de transición: debido a los avances en la medicina y en otros campos de conocimiento, la mortalidad empieza a descender. En consecuencia, la población crece de forma rápida.

-Segunda etapa de transición: a causa de la disminución de la mortalidad, la natalidad también empieza a bajar. Antes, las familias necesitaban tener varios hijos porque era probable que algunos de éstos murieran, pero ahora esto no es necesario. Además, se desarrollan nuevos métodos de planificación familiar.

-Estadío final: la cantidad de nacimientos y muertes se estabiliza en valores muchos más bajos que los iniciales y el crecimiento poblacional vuelve a ser bajo.

Argentina presenta una transición demográfica avanzada, se encuentra en el estadio final. Sin embargo, hay grandes variaciones a nivel provincial y local. Por lo general, en las grandes ciudades y en las provincias con buena calidad de vida, la transición suele ser bastante avanzada, mientras que en los espacios rurales y las provincias con mala calidad de vida, se encuentran en las fases iniciales.

El poblamiento del territorio argentino

La composición de la población no siempre fue igual en nuestro territorio, sino que fue variando paulatinamente a medida que llegaban personas de distintos orígenes de acuerdo con el contexto nacional e internacional de cada período.

El proceso de larga duración

El poblamiento actual del territorio argentino tiene una larga duración. En distintos períodos de la historia, el territorio recibió inmigrantes provenientes de distintos países, que se incorporaron a la población originaria y contribuyeron a su diversidad étnica.

Estos inmigrantes llegaron al país en circunstancias muy diversas. Arribaron conquistadores europeos, esclavos y familias que escapaban de conflictos bélicos, hambrunas, persecuciones políticas y religiosas o crisis económicas severas. En la actualidad, también migran personas para estudiar carreras universitarias, o bien son transferidas desde sus empresas para trabajar en sucursales locales.

Las sucesivas oleadas migratorias se han manifestado de distintas maneras, por ejemplo, a través de la fundación de pueblos y colonias de origen europeo, la conformación de barrios de distintas colectividades, los monumentos y edificios con estilos arquitectónicos propios, etc.

Los pueblos originarios

Los primeros habitantes del actual territorio argentino hoy son considerados, constitucionalmente, como pueblos originarios. Algunos de ellos eran cazadores y recolectores nómades, como los Puelches, los Tehuelches y los Yamanes; y otros, sedentarios como los Diaguitas, los Omaguacas, los Huarpes, los Comechingones, los Calchaquíes y los Guaraníes.

A partir de la llegada de los españoles en el siglo XVI, estos pueblos sufrieron una marcada reducción demográfica por los enfrentamientos bélicos, las enfermedades traídas por los europeos o la explotación sufrida al ser utilizados como mano de obra en condiciones muy precarias. Además, muchos de ellos se mezclaron con la población española o africana. Así, en algunos casos, fueron perdiendo sus idiomas y religiones o llegaron a ser completamente asimilados por la población criolla.

De todos modos, según el censo de 2010, en la Argentina, 955.032 personas se reconocieron como miembros o descendientes de algún pueblo originario.

La etapa colonial

Los españoles comenzaron la conquista del actual territorio argentino a través de la fundación de ciudades, en las que se realizaban actividades mineras, agrícolas y ganaderas. Para eso, utilizaban abundante mano de obra indígena y africana.

El poblamiento europeo provino de tres corrientes: del nordeste, desde el actual Paraguay; del noroeste, desde el territorio que hoy forma parte de Bolivia; y del oeste, desde el actual Chile.

La sociedad estaba formada por los españoles peninsulares (nacidos en España), los Criollos (descendientes de Españoles nacidos en las colonias), los Mestizos (nacidos de la unión entre Españoles e Indígenas), los Negros (provenientes en su mayoría de África), los Mulatos (nacidos de la unión entre Negros y Blancos), los Zambos (nacidos de la unión entre Negros e Indígenas) y los Indígenas (originarios del continente).

Las inmigraciones europea y asiática

La etapa de inmigraciones europea y asiática abarca desde las décadas posteriores a la independencia hasta la mitad del siglo XX. En sus inicios, tuvo un crecimiento poblacional muy lento, pero a partir de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, el incremento se hizo más notable, por la llegada de inmigrantes, en su mayoría europeos y en menor medida de asiáticos.

Algunos se instalaron en las tierras del Chaco y la Patagonia, sobre las que había avanzado el Estado a través de sucesivas campañas militares. Otros se quedaron en las ciudades, donde consiguieron trabajo en el puerto, en las incipientes industrias o en la construcción. Casi todos eran jóvenes, por lo que formaron numerosas familias.

El aporte migratorio actual

Esta etapa abarca el período comprendido desde la segunda mitad del siglo XX hasta la actualidad. En esas décadas, las migraciones cambian de origen: los flujos principales de inmigrantes provienen de los países sudamericanos sobre todo, de los países limítrofes y del Perú. La mayoría de esta población se ha establecido en la región metropolitana de Buenos Aires, mientras que otros contingentes se han instalado en las provincias, fundamentalmente de la región pampeana.

Desde la década de 1980, comenzaron a llegar grandes grupos de inmigrantes de origen asiático, como Coreanos, Taiwaneses y Chinos. En este contexto, es importante la presencia de los refugiados, en su mayoría, varones muy jóvenes provenientes principalmente de países africanos.

En los últimos años, empezaron a llegar personas de distintos países latinoamericanos para estudiar carreras universitarias o de posgrado, perfeccionarse en distintas prácticas profesionales, trabajar en empresas grandes, realizar tareas de investigación y de difusión cultural, etc.  Según el censo nacional de 2010, el 4,5% de la población argentina nació en el extranjera. 

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