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TRABAJOS PRÁCTICOS

UNIDAD 4.

"El espacio urbano y rural en Argentina."

Textos para resolver las ACTIVIDADES que están debajo:

Tercer Año

EL ESPACIO RURAL DE ARGENTINA.

Los espacios rurales se caracterizan por tener una baja densidad poblacional y pocas edificaciones continuas. Además, allí las personas se dedican, principalmente, a las actividades primarias y, en algunos casos, al turismo y la recreación.

Territorios con poca población

Según el Indec, la población rural es aquella que vive en asentamientos con menos de 2.000 habitantes. Si se toma este parámetro estadístico, solamente 1 de cada 10 habitantes de nuestro país reside en poblados rurales, aunque estos mantienen estrechas relaciones con los pobladores urbanos.

A su vez, la población rural puede ser de tipo disperso, cuando se encuentra diseminada en grandes campos o lotes, o agrupado, cuando conforma pequeños pueblos con edificaciones más o menos juntas, siempre que no alcancen la cifra de 2.000 habitantes.

La forma en la que se distribuye la población rural en el espacio hace que muchas veces resulte difícil recabar información certera acerca de la cantidad de habitantes que la conforman y sus necesidades. Por ejemplo, los encuestadores deben recorrer largas distancias entre un hogar y otro, además, muchas veces, precisan de coches especiales para circular por todo tipo de terrenos, como montañas empinadas y cubiertas de nieve, o zonas desérticas.

Sin embargo, en la actualidad, los avances tecnológicos en el uso de imágenes satelitales y fotografías aéreas, entre otros, hacen posible localizar los asentamientos humanos en forma sencilla y planificar mejor el operativo para que los encuestadores puedan desempeñar su trabajo.

En el caso de los censos nacionales de población, los organismos públicos desarrollan otras fuentes de información complementarias sobre la población rural. Una de ellas es la Encuesta de Actividades de Niños, Niñas y Adolescentes (EANNA), llevada a cabo por el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, que analiza el trabajo infantil y adolescente. También se está trabajando para implementar una Encuesta Permanente de Hogares (EPH) sobre los sectores rurales; esta va a adoptar algunos de los parámetros de la EPH urbana tradicional y adaptarlos a la realidad de los asentamientos rurales, teniendo en cuenta sus particularidades.

Población rural dispersa en la Argentina parte continental americana (2010)

Población rural agrupada de la Argentina parte continental americana (2010)

Crecimiento y decrecimiento de la población rural

La población rural de la Argentina creció fuertemente entre finales del siglo XIX y principios del XX debido a la llegada masiva de inmigrantes europeos, que se asentaron en diferentes regiones para desarrollar actividades agropecuarias.

Sin embargo, la incorporación de tecnología para el trabajo agrícola hizo disminuir la necesidad de mano de obra, y así los trabajadores rurales tuvieron dificultades para conseguir empleo.

Además, desde el siglo XIX, se fue dando un proceso de concentración de la tierra, por el cual pocos productores se adueñaron de grandes extensiones de tierra.

En consecuencia, los productores pequeños dispusieron de escasas posibilidades de acceder a un terreno propio, por lo que muchos de ellos abandonaron su residencia para ir a vivir a los centros urbanos más próximos.

Este fenómeno se llama éxodo rural. Por este motivo, en la mayoría de las provincias, la población rural está descendiendo. De hecho, la población rural del país descendió más de medio millón de habitantes entre el censo de 1970 y el de 2010.

En la actualidad, solamente ocho provincias muestran un crecimiento de su población rural. Estas son el Chubut, Mendoza, Misiones, San Juan, San Luis, Santa Cruz, Santiago del Estero y Tucumán. Sin embargo, a excepción de Santa Cruz, el crecimiento es muy bajo, por lo que no llega a contrarrestar el proceso de urbanización del país.

Actores sociales y tecnología en el campo

El campo presenta distintos actores sociales que adoptan diferentes estrategias con el fin de incrementar su productividad y rentabilidad. Para lograrlo, se asocian e incorporan nuevas tecnologías y otras innovaciones.

Grandes desigualdades socioeconómicas

Los espacios rurales de la Argentina se caracterizan por sus grandes desigualdades socioeconómicas, en cuanto a la distribución de la tierra, la tecnología empleada y el tamaño de los establecimientos agropecuarios.

Hay grandes productores con enormes extensiones de tierras, que acceden a tecnología moderna y sofisticada, junto a familias campesinas y pequeños productores que practican una economía de subsistencia.

Estos últimos sólo producen lo necesario para abastecer la unidad familiar, o bien comercializan su producción para obtener insumos esenciales.

Luego de la crisis económica del 2001, el país devaluó su moneda. En consecuencia, los productos argentinos se volvieron más baratos y pasaron a ser competitivos en el mercado mundial.

A partir de entonces, varios actores privados decidieron invertir en el desarrollo de productos agropecuarios, en especial, la soja y, en menor medida, el girasol, el trigo y otros cereales.

Como necesitaban implementar tecnología de punta, que era importada y resultaba muy costosa, sólo los grandes productores pudieron adquirirla. Esto aumentó sus ventajas con respecto a los pequeños y medianos productores y se acentuaron las desigualdades entre ambos tipos de productores.

Nuevas estrategias para competir en el mercado mundial

Tradicionalmente, las actividades del espacio rural eran llevadas a cabo por productores que funcionaban como una unidad, ya fuera un grupo familiar que trabajaba en una parcela o establecimiento de pequeño tamaño que contrataban a unos pocos empleados.

Los productores, normalmente, eran dueños de los medios de producción (máquinas, semillas, herramientas, etc.), por lo que podían decidir sobre la forma en la que se debía llevar adelante la producción.

Sin embargo, debido a los cambios en las últimas décadas en el mercado mundial, los productores rurales debieron implementar nuevas estrategias para adaptarse y continuar teniendo ganancias.

Así, en la actualidad, muchos productores no son los propietarios de la tierra que trabajan, sino que se la arriendan al propietario. Además, algunos venden su producción a empresas que se ocupan de distribuir y comercializar bienes, así como de hacer el contacto con compañías exportadoras. De este modo, delegan gran parte de las tareas posteriores. Se estima que un alto porcentaje de la producción de cereales y oleaginosas se basa en esquemas de este tipo.

Para utilizar tecnología sofisticada, que resulta muy costosa, los productores optan por asociarse, obtener créditos bancarios (en forma individual o conjunta), o bien contratar agentes especializados que alquilan el uso de la maquinaria por el tiempo que ellos la necesitan.

Por otra parte, ante el aumento de la rentabilidad de algunas actividades, en particular, aquellas relacionadas con la soja, muchos actores no rurales empezaron a interesarse en particular de ellas. Es el caso de muchos pools de siembra: asociaciones de capitalistas que se dedican a los productos que tienen más posibilidades de rentabilidad.

El fortalecimiento del sector empresarial no es un fenómeno particular del agro pampeano, sino que es una dinámica que se reproduce en los ambientes rurales de todas las regiones de la Argentina. Esto produjo, entre otras cosas, un incremento de la concentración de la tierra en manos de pocos empresarios.

Un caso paradigmático

Un caso modelo de producción pampeana es el de Los Grobo, uno de los principales grupos empresariales del paLa compañía tuvo una gran importancia desde comienzos de la década de 1990 y principios de los años 200 debido a que ha sido una de las pioneras en implementar semillas modificadas genéticamente y utilizar técnicas novedosas, como la siembra directa. Esto ha permitido aumentar la producción de soja en forma exponencial, lo que le dio el apodo de “el rey de la soja”.

Actualmente, es el mayor productor de trigo del país y el segundo más grande en la producción de soja. Además, desarrolla su actividad en el Paraguay y el Uruguay.

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